jueves, 25 de octubre de 2012

Logos as Storytellers

Calles, paredes, casas, suelo, cielo, de colores, monocromáticos, sencillos y elaborados son solo unos de los pocos lugares y formas en los que vemos todos los días los Logotipos de diferentes empresas o cualquier otro fenómeno que se quiera dar a conocer con la Sociedad.
Nuestra visión se ve continuamente saturada de estos pequeños emblemas que son capaces de representar desde la cosa más sencilla hasta el fenómeno comercial más grande de todo el mundo. 
Estos diminutos trazos, si son bien elaborados, pueden contarnos una historia o hacer que nuestra mente evoque distintos mensajes según sea la intención de dicho dibujo. 
Podría sonar fácil despertar una mañana y decir "hoy haré un logotipo", sin embargo no es tan sencillo como suena. Crear un logotipo es conocer la historia de aquello que vas a contar con ese pequeño distintivo que debe ser único, especial y fácil de identificar por la vista ajena. 
Cuando digo que hay que conocer la historia me refiero a que se debe pensar en que ese trazo va a ser percibido por un ente pensante, y por ello debemos transmitirle un mensaje. 
Esto me hace recordar los comerciales de la marca Coca-Cola. Sus comerciales son historias. Historias con las que la gente se identifica o encuentra en ellos una utopía que desearían vivir. Sus comerciales nos muestran escenas de la vida cotidiana con gente común que atraviesa por problemas de la vida diaria y lleva a cabo actos que muchos de nosotros también hacemos. Por ésta razón no es de extrañarse que, en primera, podamos identificar ese pequeño gran logotipo de fondo rojo y tipografía blanca e inmediatamente asociar eso con las historias que nos ha contado en diferentes estaciones y etapas de la vida. 
Este poder del logotipo influye sobre nosotros y nos puede llevar ya sea a una aceptación o a un rechazo del producto mismo. 
La historia entonces, como podemos ver, es una serie de acontecimientos que se desarrollan en un tiempo determinado y que pueden transportarnos diferentes emociones y reacciones al saberlas.
La historia tiene sus géneros y cada uno puede contar un suceso y hacerle sentir al espectador diferentes emociones según sea el caso de cada Género. Por ejemplo un Melodrama cuya función tiene sacar al receptor de su historia presente y hacerlo vivir un tipo de historia alterna para que pueda olvidarse de la suya propia aunque sea por un tiempo determinado. 
Existen muchos Géneros y cada uno tiene un fin en específico, no obstante cada uno debe tener siempre una estructura clara y definida para que realmente pueda cumplir con una función y no cometa el error de caer en el Inmediatismo Superficial. 
Cada historia debe ser elaborada por una mente creativa, llena de imaginación y a la vez presente en la realidad y consciente de que no puede crear una historia ilógica o de lo contrario sólo logrará hacer dudar al espectador acerca de la credibilidad de dicha historia y gracias a esto no lograría su objetivo sea cual sea el Género en que se desarrolle. No habrá aceptación, no habrá tampoco comentarios favorables ni Catársis, lo cual creo que toda buena historia debe ser capaz de lograr en todo aquel que se sumerge en el diálogo o la escena que se le cuenta.
Con todo esto podemos ver que no es tan fácil, primero que nada, elaborar una historia de manera correcta para luego transmitirla a todo aquel que esté dispuesto a recibirla para después poder causar en el una emoción determinada y hacerlo asociar esa historia a un simple y sencillo elemento que se le puede presentar en cualquier momento de su día.
No es sólo escribir y ver qué pasa con el que recibe la información. Es saber lo que se dirá, cómo, cuándo, porqué y para qué. Es lograr penetrar en la mente de las personas y hacerlos asociar toda una vida a un trazo y con esto generar en el la aceptación hacia aquello que simboliza ese, como ya dije, pequeño gran dibujo. 


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